Maduro intenta desmarcarse del autogolpe
https://www.notiredsanjuan.com/2017/04/maduro-intenta-desmarcarse-del-autogolpe.html
El
presidente de Venezuela convoca al Consejo de Defensa de la Nación para
intentar solventar las grietas que aparecieron en la coalición oficial con el
desmarque de la fiscal general de la República
El
presidente de Venezuela, Nicolás
Maduro, ha aparecido
en público por primera vez desde el martes, cuando el Supremo asumió las
funciones del Parlamento, para intentar desmarcarse de la deriva golpista que
él mismo impulsó y cerrar la grieta abierta en el régimen por las declaraciones
de la fiscal general Luisa Ortega Díaz, que ha calificado la anulación de la
Asamblea Nacional como un acto contrario a la Constitución.
Maduro volvió a aparecer más tarde en la televisión para inaugurar la sesión
del Consejo de Defensa de la Nación (Codena), un órgano de consulta, del cual
forman parte el vicepresidente, los titulares de los cinco poderes públicos y
algunos ministros, para deliberar el alcance de las dos sentencias de la Sala
Constitucional “y sacar a la nación del impasse que se
ha generado”. La sesión ha sido convocada para la noche del viernes y el
gobernante ha prometido comunicar los resultados de esa cumbre en las próximas
horas. En la reunión, no estaban ni Luisa Ortega Díaz, ni el presidente del
Parlamento, Julio Borges, que sí fue invitado. En un vídeo distribuido en las
redes sociales el dirigente opositor afirmó: "No vamos a ir a una
reunión que pretende crear un circo para decir que hay normalidad en el país".
Maduro, que ofreció estas declaraciones en medio de un evento de nuevas
tecnologías, quiso mostrarse en todo momento como un hombre de Estado,
partidario del diálogo con sus opositores y especialmente comprensivo con las
diferencias que existen entre sus aliados. Un retrato que dista bastante del
modo estalinista con el que suele conducirse el grupo que le apoya. “¿Cuántas
controversias surgen entre el Poder Judicial y el Poder Ciudadano, por
ejemplo?”, se preguntó. “A veces la fiscalía apela las decisiones. Y no por eso
no existe en Venezuela el Estado de Derecho, ni la separación de poderes. Yo no
sabía nada ni de las sentencias del Supremo, ni de las declaraciones de la
fiscal”, explicó como preámbulo a su anuncio.
El régimen parece haber acusado el rechazo enorme que ha generado entre la comunidad
internacional la anulación del Parlamento y la incomprensión de los decretos
del Supremo entre el cuerpo diplomático. Con todo, Maduro mantuvo el tipo y no
perdió la ocasión para cargar contra los Gobiernos que apoyaron la convocatoria
del Consejo Permanente de la OEA y denunciar que esas gestiones pretenden
“generar una conmoción interior, provocar un golpe de Estado y provocar la
intervención de Venezuela”. “Washington”, agregó, “está guardando distancia y
envía a una coalición de derechas a hacer el trabajo sucio”
La oposición ha aprovechado el lance para despertar del letargo en el
que estaba sumida luego del fracaso de las conversaciones facilitadas por el
Vaticano y tres expresidentes iberoamericanos, e intenta retomar la iniciativa
política. Este sábado han convocado a una manifestación en un sector del Este
de Caracas que pretende convertirse en un gran foro de rechazo al nuevo flanco
de la crisis nacional abierto por el régimen. En esa misma línea se ha
pronunciado la Conferencia Episcopal Venezolana, que ha condenado en un
comunicado “el ejercicio omnímodo y unilateral del poder”. “Una nación sin
Parlamento es como un cuerpo sin alma. Está muerto”, agregaron.
La disolución del Legislativo es la consecuencia de la imposibilidad de
que el Ejecutivo pueda llevar a cabo su proyecto político con un Parlamento
contrario a sus intereses. Desde que se declaró como socialista en 2006, el
régimen bolivariano siempre tuvo a los poderes públicos a su servicio. La
victoria opositora en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015
modificó ese escenario y supuso el desafío para el Ejecutivo de intentar
convencer a sus contrarios y de negociar con ellos. El chavismo, que reniega de
los conciliábulos porque los considera una traición a su electorado, prefirió
enfrentarse al Legislativo para anularlo con el apoyo del Supremo. El
desacuerdo mantiene a Venezuela en medio de la peor crisis de su historia
contemporánea.
EL PAIS
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