El servicio de inteligencia ruso trató de ‘hackear’ el sistema electoral de EE UU

Un informe secreto de la NSA revela que la inteligencia militar rusa atacó el correo de 122 funcionarios electorales. Detenida una contratista de 25 años por la filtración.


La trama rusa no deja de crecer. El espionaje militar ruso lanzó un ataque a gran escala contra el sistema electoral de Estados Unidos. La ofensiva, basada en el hackeo de cuentas y la intrusión en ordenadores, duró meses y se mantuvo hasta los días finales de los comicios. Más de 122 funcionarios electorales, así como compañías de servicios y al menos un computador sensible fueron blanco del Kremlin. Así lo establece un informe secreto de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), fechado el pasado 5 de mayo y que ha sido destapado por la publicación digital The Intercept.

reconocido que imprimió el expediente, clasificado de alto secreto, y que lo envió por correo. The Intercept sostiene que recibió el informe de un remitente anónimo.
La revelación llega justo al día siguiente de que el presidente ruso, Vladímir Putin, negase en una entrevista a una televisión estadounidense cualquier responsabilidad del Kremlin en la campaña de desprestigio que sufrió durante las elecciones Hillary Clinton y el Partido Demócrata. Un ataque que supuestamente buscaba beneficiar a Donald Trump y que ahora se le ha vuelto en contra.
Un fiscal especial, el FBI y dos comités parlamentarios han abierto investigaciones para determinar si durante los comicios hubo coordinación entre Moscú y el equipo electoral del republicano. Es la trama rusa, el escándalo que cada día estrecha más el cerco al presidente y cuyo principal anclaje radica en un demoledor informe de los servicios de inteligencia estadounidenses. “Vladímir Putin ordenó una campaña en 2016 contra las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El objetivo de Rusia era socavar la fe pública en el proceso democrático, denigrar a la secretaria Clinton y dañar su elegibilidad y potencial presidencia. Putin y el Gobierno ruso desarrollaron una clara preferencia por Trump”, sostiene un análisis conjunto de la CIA, FBI y NSA.
En esta operación encubierta, el Kremlin recabó el apoyo “de agencias gubernamentales rusas, medios públicos, intermediarios de terceros partidos y hasta trolls digitales”. Entre sus objetivos figuraron los ordenadores del Comité Demócrata Nacional, así como el saqueo de las cuentas de altos cargos próximos a Clinton, entre ellos su jefe de campaña, John Podesta.
esta ofensiva general, el informe secreto de la NSA ofrece ahora detalles de un hecho aterrador: el intento de infiltrarse en el sistema electoral. El ataque, del que  hasta ahora apenas se conocían detalles, lo dirigió la inteligencia militar rusa, el temido GRU. La puerta de entrada fueron las compañías encargadas de fabricar la maquinaria censal. También usaron ampliamente correos anzuelo (spear phishing) enviados funcionarios electorales y compañías asociadas al registro de voto. En estas misivas electrónicas se hacían pasar por Google u otras empresas y redirigían a una página falsa donde se apoderaban de las contraseñas.
El informe de la NSA no especifica si tuvieron éxito ni cuál fue el alcance final del operativo. Los expertos señalan que cualquier acceso a la base de datos electorales puede ser devastador y alterar la fiabilidad del sistema. Pese a obtener casi tres millones de votos menos que su rival, Trump ganó las elecciones del 8 de noviembre gracias a una ventaja quirúrgica de 77.759 votos en tres estados claves (Michigan, Wisconsin y Pensilvania). Desde que estalló el escándalo, la Administración estadounidense ha sostenido que la injerencia rusa no llegó a afectar el resultado electoral. Clinton sí que ha atribuido parte de su derrota a la cibercampaña del Kremlin. El informe de la NSA arroja nuevas dudas.

El País.com

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