Discurso de Donald Trump satisface a los republicanos y calla a los demócratas
https://www.notiredsanjuan.com/2017/03/discurso-de-donald-trump-satisface-los.html
La pregunta
ahora es cuánto durará. ¿Días, semanas, meses o simplemente hasta la próxima
semana?
Poco más de
un mes después de asumir la presidencia de Estados Unidos, Trump claramente
quiso utilizar su primer discurso ante el Congreso para resetear el caótico
inicio de su gobierno. Ante legisladores, jueces de la Corte Suprema y líderes
militares, el político, famoso por su tono desenfadado, asumió una posición más
diplomática, alejándose de los ataques personales que definieron su campaña
presidencial.
Atrás quedó
el tono pesimista que marcó el discurso de su toma de posesión, dejando paso
ahora al optimismo y a peticiones de apoyo bipartidista.
“Estoy aquí
esta noche para dar un mensaje de unidad y fuerza, y este es un mensaje desde
el fondo de mi corazón”, dijo en el inicio de su discurso de una hora de
duración.
Aunque su
discurso en horario de máxima audiencia recogió su visión nacionalista de la
política y tuvo una prosa más presidencial, es poco probable que supere las
profundas divisiones creadas por sus primeras semanas en el cargo.
Para un
candidato que se promocionó como un gran negociador, Trump ha mostrado poca
disposición a implicarse en las duras discusiones que definen el proceso
legislativo.
Esto ha
trastocado al Capitolio.
Los
republicanos concentran todo el poder por primera vez en décadas, pero no hay
acuerdos sobre los detalles de los esperados planes para derogar la reforma
sanitaria del expresidente Barack Obama y renovar el código fiscal. Hay una
revuelta no demasiado discreta entre el funcionariado. Semanas de protestas y
encendidas asambleas ciudadanas suponen una presión renovada sobre legisladores
de ambos partidos para que se resistan a su agenda.
Hay mucho en
juego no solo en términos de reformas sino de coste político: Si el partido
republicano no puede cumplir con años de promesas electorales, llegarán a los
comicios de mitad de mandato en una posición mucho más débil de lo esperado.
Trump, por su
parte, afronta un índice de aprobación inusitadamente bajo: solo el 44% de los
estadounidenses aprueban su labor, según una nueva encuesta de NBC News/Wall
Street Journal. El dirigente está cerca de agotar los grandes logros que puede
conseguir promulgando órdenes ejecutivas, lo que le obliga a confiar en el
Congreso para convertir sus audaces promesas electorales en hechos.
Llegó al
Capitolio envuelto en una ola de acusaciones, enfadando a sus rivales antes
incluso de entrar al edificio.
En las 24
horas previas a su discurso, acusó al expresidente Obama por las asambleas
ciudadanas y las filtraciones de seguridad; llamó “incompetente” a la líder de
la minoría en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; y dijo que sus
generales, no el comandante en jefe, fueron los responsables de una operación
militar en Yemen en la que murió un SEAL de la Marina.
Trump tenía
que emplear su discurso para demostrar que puede controlar el gobierno y
centrarse en el difícil trabajo necesario para aprobar su agenda legislativa. Y
los republicanos esperaban con desesperación el cambio de dirección.
En su
intervención, pidió a Washington que “trabaje más allá de las diferencias de
partido”.
El candidato
que llegó a la Casa Blanca adoptando una postura conservadora en inmigración,
pareció mostrarse abierto a una ley migratoria bipartidista. El presidente cuyo
gobierno pasó gran parte de sus primeras semanas batallando contra los medios
de comunicación, la comunidad de inteligencia, jueces federales e incluso
celebridades de Hollywood pidió para terminar con las “peleas triviales”. Y
condenó los ataques antisemitas y otros delitos de odio, diciendo que el país
estaba “unido en la condena del odio y el mal”.
Para los
líderes republicanos de la Cámara, Trump estuvo muy cerca de respaldar su plan
para reformar el código fiscal imponiendo nuevos gravámenes a las importaciones
y eximiendo las exportaciones. Pareció apoyar el plan de los legisladores para
el Obamacare, aceptando “créditos fiscales” y cuentas de ahorro sanitarias.
Sus palabras
recibieron elogios de los líderes republicanos. El presidente de la Cámara de
Representantes, Paul Ryan, calificó el discurso de “jonrón”. La homologa
demócrata de Ryan, Pelosi, dijo que el discurso estuvo “totalmente desconectado
de la cruel realidad de su conducta”.
Pero en otros
asuntos, Trump ofreció apenas un esbozo de sus propuestas.
Repitió su
compromiso de campaña de invertir un billón de dólares en infraestructura, sin
añadir detalles a una propuesta que seguro tendrá la férrea oposición de los
defensores de un firme control presupuestario. Sus grandilocuentes promesas
para hacer asequible el cuidado de los niños, garantizar permisos familiares
remunerados, invertir en la salud de las mujeres y un proyecto de ley centrado
en la elección de escuelas fueron apenas mencionadas.
El dirigente
prometió un importante incremento en el gasto militar, sin mencionar Irak o
Afganistán, países donde todavía hay tropas estadounidenses desplegadas.
Y evitó
pronunciarse sobre las relaciones entre Washington y Moscú, que generaron
polémica incluso dentro de su propio partido, haciendo solo una vaga referencia
a que Estados Unidos está “dispuesto a encontrar nuevos amigos”.
No comentó
tampoco qué hará su gobierno para financiar los nuevos — y costosos —
programas, un asunto que lo pone en conflicto directo con un partido
republicano centrado desde hace tiempo en la reducción del déficit.
“Miraremos
atrás hacia esta noche como el día en que comenzó este nuevo capítulo en la
grandeza estadounidense”, dijo Trump para cerrar su intervención. “Pido a todos
los ciudadanos que acepten esta renovación del espíritu estadounidense. Pido a
todos los miembros del Congreso que se unan a mí para soñar cosas grandes y
audaces para nuestro país”.
http://www.diariolibre.com
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