Trump derrota a Harris y recupera la presidencia con un fuerte apoyo en los estados clave

 

El candidato presidencial republicano y expresidente Donald Trump llega a su fiesta de la noche de las elecciones a celebrar su victoria rodeado de familiares y amigos, en el Centro de Convenciones del Condado de Palm Beach el martes 5 de noviembre de 2024, en West Palm Beach, Florida. MATIAS J. OCNER mocner@miamiherald.com WASHINGTON Donald Trump ha recuperado la presidencia, derrotando a Kamala Harris en una elección que dividió profundamente a la nación después de cuatro años de control demócrata de la Casa Blanca.

Los votantes masculinos y aquellos sin título universitario en las zonas rurales de Estados Unidos impulsaron el resurgimiento del expresidente y el futuro presidente, un notable regreso del exilio político que alguna vez se descartó como una posibilidad remota, después de que el abanderado republicano perdiera la presidencia en 2020 e intentara subvertir esa elección, lo que provocó que una turba de sus partidarios atacara el Capitolio de Estados Unidos.

Pero Trump también logró llegar más allá de su base de apoyo tradicional, ganando a los hombres latinos y a algunos votantes con educación universitaria que anteriormente respaldaron al presidente Joe Biden. Harris, la vicepresidenta y candidata demócrata, hizo campaña contra Trump advirtiendo que representaría una amenaza fundamental para la democracia estadounidense.


Pero el tema en última instancia dividió a los votantes, que también mencionaron la economía, la inmigración, el crimen y los derechos reproductivos como sus principales preocupaciones en las encuestas de salida.

Las encuestas mostraban una carrera estadísticamente empatada antes del día de las elecciones. Pero Trump se aseguró la victoria con triunfos definitivos en Georgia, Carolina del Norte y Pensilvania, mientras que otros estados en disputa que aún no se han definido -Wisconsin, Michigan, Nevada y Arizona- están todos a su favor. Harris había planeado dirigirse a sus partidarios desde la Universidad Howard en Washington, el martes por la noche, pero en su lugar envió a un importante asistente de campaña para que lo hiciera en su lugar. Pidió que se contaran todos los votos. Trump se dirigió a sus partidarios en una fiesta de la noche de elecciones en West Palm Beach la madrugada del miércoles, dando una vuelta de la victoria incluso antes de conseguir formalmente la nominación. Hablando ante una multitud enérgica, se jactó de que su aparente victoria era “una victoria política que nuestro país nunca ha visto antes”. “Este será recordado para siempre como el día en que el pueblo estadounidense recuperó el control de su país”, dijo.

El alcance del poder del presidente electo dependerá en parte de si su Partido Republicano gana el control de ambas cámaras del Congreso. Los republicanos recuperaron la mayoría del Senado, pero el control de la Cámara no se ha determinado. Sin embargo, independientemente del resultado en el Capitolio, Trump regresará a una Oficina Oval dotada de nuevas protecciones después de que la Corte Suprema dictaminara a principios de este año que las acciones de un presidente son en gran medida inmunes al procesamiento penal.

Trump es el único delincuente convicto que ha ganado la presidencia, y aún enfrenta una audiencia de sentencia en las próximas semanas en un tribunal de Nueva York después de ser declarado culpable por un jurado de 34 cargos de falsificación de registros comerciales para encubrir un posible escándalo antes de las elecciones presidenciales de 2016.

 Trump aún enfrenta dos acusaciones penales federales por su manejo de documentos altamente clasificados en Florida y su papel en el intento de anular los resultados de las elecciones de 2020, lideradas por un fiscal especial, Jack Smith. Dijo durante la campaña que cerraría esos casos “en dos segundos” después de asumir el cargo. Convencido de que los cargos en su contra tienen motivaciones políticas -una afirmación de la que no hay evidencia- Trump hizo campaña con planes de “retribución” contra sus enemigos políticos, una promesa sin precedentes de utilizar explícitamente al Departamento de Justicia como arma. 

En los últimos días de la campaña, Trump también identificó a sus oponentes demócratas como “el enemigo interno”, diciendo que representan una amenaza mayor para el país que sus adversarios extranjeros más poderosos. Trump también hizo campaña con un plan para organizar deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados en todo Estados Unidos, desregular la industria de los combustibles fósiles, nombrar a escépticos de las vacunas para supervisar las agencias federales de salud, devaluar el dólar estadounidense y aumentar sustancialmente los aranceles a los productos extranjeros.

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