La prensa y sus nuevos itinerarios

https://www.notiredsanjuan.com/2017/03/la-prensa-y-sus-nuevos-itinerarios.html
Los dos grandes diarios de EE UU se plantean nuevas
fórmulas ante la crisis del oficio
Las
dificultades por las que pasa la prensa han movido a dos grandes periódicos
norteamericanos, el New York Times (NYT) y el Washington Post (WP), a
plantearse nuevos retos y fórmulas, lo que yo llamaría itinerarios de regreso a
la salud profesional y comercial, que repasaré aquí en términos generales. Pero
vaya por delante que si existiera la receta mágica no nos la contarían porque
sea cual fuere el estado de la cuestión, no se hacen favores a la competencia.
El NYT parece
fiarse a una ofensiva en el terreno de las suscripciones, que, como señalan en
un documento de reciente circulación, se trataría de fortalecer el despegue de
los contenidos de pago, en especial en las versiones digitales del periódico.
Una apuesta basada en establecer esa relación tan directa con el lector, y en
que incluso un número menor de usuarios pero que pagaran por el servicio,
marcaría el camino de vuelta a la salud económica. Hay que decir, con todo, que
la operación tiene que estar ligada a otros factores, para empezar una calidad
que justifique un desembolso que en ningún caso está garantizado.
En cuestiones
directamente profesionales se hace hincapié en una novedosa utilización de los
drones, en especial para fabricar videos como gran soporte de la información, y
en general el recurso masivo a las redes sociales. En ambos rubros, redes y
video, no se diferencia, sin embargo, de lo que plantea el WP, así como buen
número de periódicos europeos. Pero en estos tiempos en los que la inundación
noticiosa es varios tsunamis a la vez, el periódico neoyorquino se acuerda
también de algo que algunos preconizábamos ya en tiempos del paleolítico
digital como es poner el acento en los servicios, hacer que la publicación sea
útil al lector no solo por una información muy enfocada a sus necesidades, sino
en la búsqueda de nuevos nichos de mercado, lo que yo llamo el periódico como
otro electrodoméstico del hogar.
Y en lo tocante
al material humano hay en el NYT una gran ambición renovadora: una redacción
mucho más multicultural con la contratación (sic) de negros, mujeres y latinos,
cosa que con la agresión del presidente norteamericano Donald Trump a la prensa
y a colectivos varios de fuerte emergencia social, nos puede deparar una
batalla singular. Y como colofón una dosis de autocrítica.
Es preciso
lograr una compenetración mucho mayor, dice el documento del NYT, entre
editores, redactores e informáticos, mostrar una gran capacidad de cambio para
“redefinir el éxito”.
El WP es mucho
más agresivo, y quizá concreto, en el diseño de itinerarios con la creación,
notablemente, de lo que podríamos llamar una fuerza de despliegue rápido
integrada por nueve periodistas, cuatro de ellos reporteros gráficos, un
database y un editor para reaccionar al instante ante lo que surgiera. El
propio editor del diario de Washington, Martin Baron, anunciaba en un encuentro
organizado en septiembre pasado en Medellín por la Fundación para un Nuevo
Periodismo Iberoamericano (FNPI) la inminente contratación de 60 periodistas,
cuando lo normal es que las redacciones se despueblen, y si había que dar
crédito a sus palabras, la salud económica del diario estaba asegurada.
Como puede
verse, se trata de inmejorables iniciativas, pero que apenas desbordan el
ámbito de las generalidades. Pero tampoco faltan apremios entusiastas que
haríamos mal en desoír. La gran periodista Giannina Segnini, posiblemente la
mayor experta en periodismo de datos, dice que, más allá de suscripciones y
task forces, no hay mejor tiempo que este para dedicarse al periodismo y añade
sin temor a ofender al antiguo gremio: “Muchos de los mejores periodistas de
siempre, con sus libretas chorreadas de café, están hoy aterrorizados y
enfurecidos al ver a los jovencitos editores de videos, mapear, tuitear, storifiar
y hasta programar”. Con eso, y una paletada de neologismos, apunta a horizontes
nuevos que harán, y bendito sea su optimismo, que el periodismo, como la
materia, se transforme pero nunca desaparezc
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