Entre imprudencias y atajos se desarrolla el tránsito en el GSD

 Tapones, el pandemonio que se apodera de las calles de la capital, un problema que parece agravarse cada vez más


El entaponamiento vehicular es el pan de cada día de los choferes capitaleños, razón por la que muchos conductores cometen una serie de imprudencias en busca de supuestos atajos para salir más rápido del tapón y esto termina por aumentar el caos en las vías principales y alternas de la ciudad.

El embotellamiento que causa el pandemonio de la ciudad de Santo Domingo cada día se forma a la vista de cada dominicano que se desplaza por las calles, y que ve cómo algunos conductores de vehículos de motor cometen imprudencias por la desesperación y la ansiedad que produce el tráfico.

Cada día es más común ver cómo diferentes tipos de vehículos se suben por encima de los pilotillos que se encuentran al inicio de cada elevado, en las avenidas John F. Kennedy y la 27 de Febrero, conductores que no toman el carril en el momento en que deberían y cuando se topan de lleno con el pesado tránsito de estas dos vías optan por el elevado y violan esta limitación.

Otra imprudencia que se ha generalizado en la capital dominicana es la cirulación por las aceras de parte de los conductores de motocicletas, carros y hasta guaguas que suben a las vías peatonales cuando tratan de adelantarse a otros vehículos que esperan que avance el tapón.

Estas imprudencias y violaciones a las leyes de tránsito son cometidas sin control por civiles y militares ante la vista de los agentes de la Dirección General de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett).

Las violaciones a las leyes de tránsito parecieran haberse normalizado en las calles y avenidas del país, donde miles de conductores hacen caso omiso a las señales y la desconsideración y el individualismo resultan ser factores que propulsan los accidentes o siniestros viales.

Ante esta situación las calles pequeñas que circundan las avenidas principales no escapan a la insensatez de los choferes, que no solo son los de vehículos públicos, como muchos afirman, sino también los conductores privados.

Tras un recorrido realizado por periodistas de esta medio, por el sector Don Bosco, el cual es atravesado por la avenida 27 de Febrero y está delimitado por las calles Leopoldo Navarro, San Martin y Francia, se observa cómo se ha tornado normal una de las principales causas de los embotellamientos, el doble parqueo y los supuestos atajos que toman los cheferes para evitar los tapones de estas vías.

Los conductores optan por desviarse por las pequeñas calles que circundan estas avenidas principales y causan que los embotellamientos también ocurran en estas calles de viviendas y comercios pequeños.
Esta especie de expansión de los tapones les ha robado la paz a los moradores de las calles aledañas a las vías principales, así lo asegura María Reinoso, que vive en la calle La Esperilla del sector Don Bosco desde hace más de 27 años.

La señora Reynoso expresó que en momentos de las llamadas “horas pico” no hay quien cruce por la calle que está frente a su casa, porque los vehículos que van por la avenida Leopoldo Navarro se desvían por la calle San Francisco de Macorís y toman la calle La Esperilla y expanden el caos de esa vía a esta zona.
“El sonido de las bocinas, el humo de los carros y la imprudencia de los choferes interrumpen la tranquilidad del Don Bosco”, dijo.

Otro problema que ha sido la causa de discusiones es el doble parqueo, el cual es muy común en las estrechas calles de este sector, tales como San Francisco de Macorís, Francia, Pedro Lluberes, Cotubanamá, Bohechío y Hatuey, entre muchas otras.

Añadió, que por el doble parqueo que se realiza de manera constante en toda esa zona en ocasiones su hijo se ha visto encerrado en su propia casa al cerrar la salida de su marquesina o cuando él sale no encuentra forma de entrar.

“Anteriormente la gente del Intrant venía y se llevaba todos los vehículos que se parqueaba de este lado pero ellos ya ni eso hacen y esto es un problema”, explicó.

Una situación muy similar es la que vive el propietario de las “Pacas Pucho”, quien expresó que entre los tapones y el doble parqueo que se realiza de extremo a extremo en la calle San Francisco de Macorís le han hecho perder muchas ventas.

“No son dos ni tres los clientes que me dicen que muchas veces quieren pararse a comprar y no lo hacen porque no encuentran dónde parquearse”, afirmó.

El doble parqueo que se realiza en la calles del sector Don Bosco ha causado fuertes enfrentamiento, uno de ellos fue el caso de la calle Francia, donde el propietario de un negocio le pinchó la goma a un conductor por estacionar su vehículo frente a su negocio e irse durante horas y dejarlo ahí, aseguraron los vecinos.

Gran parte de las calles y avenidas del Gran Santo Domingo están llenas de diferentes señales de tránsito, desde el no parquearse, no pararse, no doblar en U, los semáforos entre muchas otras, las cuales son violadas sin consideración por muchos conductores.

Esta situación no es muy diferente a la de cientos de sectores que componen la capital dominicana.
Se recuerda que desde el marte de 10 de enero el Intrant junto a la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), y la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN), pusieron en marcha el programa “Parquéate Bien”, como un esfuerzo interinstitucional para reducir los taponamientos por mal estacionamiento. Este programa se llevó a cabo en diferentes partes del Distrito Nacional, como fueron 30 calles del Ensanche Naco, entre otros sectores, sin embargo, hoy en día parece estar detenido.

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